Ríos de sangre
durante varios años
Devastación y muerte
por doquier.
Ensartadas en una espada
le presentaban a Cerda
las orejas de sus enemigos.
Cuando los de Arguello
perdonaban la vida a alguien
le mutilaban las narices
grabando para siempre
en el rostro del perdonado
el momento del perdón mismo.
Cerda y Arguello
los primeros gobernantes
de nuestra democracia,
amigos ambos
desde la infancia,
republicanos de corazón
rebelaron a Granada
contra la corona española
en 1811
y guardaron años de dura prisión.
Honrados con el dinero público
-el poder los enemistó-
destruyeron la patria
y mataron a miles.
Cerda ayunaba
usaba cilicio
y hacía penitencia.
No conoció otra mujer
que la que le dio
la Iglesia.
Murió fusilado.
Arguello
acusado por todos
a causa de los crímenes cometidos
contra opositores suyos
en la isla la Pelona
fue despojado del poder,
expulsado a Guatemala
donde vivió tristemente
y murió en un hospital de indigentes.
Gámez dice de él en su Historia:
No hubo mano amiga
que cerrara sus ojos
ni nadie que marcara su sepulcro
a la posteridad.