a Eduardo Somarriba
Insigne viajero
No voy a visitar tu tumba
en la iglesia de San Lorenzo en Venecia
para decirte que te creo,
no todo lo que dices,
mucho exageras con la palabra,
aunque es delicioso leer
grandes y floridos cuentos,
después podés decir que todo
es una grande y sabrosa mentira.
Ah, veneciano
dime cuál es la reputación
de la gente de tu ciudad
y de tu propia familia
en Estambul, Kambaliq o Samarcanda
o en los puertos de todo el Mare Nostrum,
sino de gente obsequiosa, amable,
hábiles diplomáticos
fáciles de palabra y nobles ademanes,
temibles con el ábaco y el cambio de moneda.
Compré el libro de Rusticello de Pisa
que dice que tú le dictaste
cuando compartieron dura prisión.
Veremos amigo Marco
si me termino de tragar todo lo que dices
en El Libro de las Maravillas
y me convierto en un fementido mentiroso,
peligroso roba-corazones,
político astuto y diplomático como tu familia.
Ojalá me encuentre algún algoritmo
que ordene mis propios embustes y pueda publicar
un best seller como fue tu libro.
Alejandro Bravo
Taskent, Ruta de la Seda
13 de octubre de 2024