Volás hasta el abeto que crece
frente a mi apartamento.
Con tu vestido café
de frailesa y tu piquito finito,
te las das de buena gente,
pero con ese piquito
y cara-de-yo-no-fui
metés más cuentos en el barrio
que denunciante de la Inquisición.
Desde ese piquito
Vos, paloma de San Nicolás
-Nicolasa-
hacías llegar tu rumor
hasta el oído de 5 estrellas
del Viejo Tacho
y de allí
las carceleadas
las apaleadas
las torturadas
a los que señalabas con ese piquito.
Escogiste un buen alero.
Allí se crecieron tus propias alas
afilastes el pico
cambiastes tus patas por garras prensiles.
Una paloma de San Nicolás
con fuerza de gavilana
y voracidad de buitresa
¡La movilidad social del somocismo!
De pobrecita muchacha prostituida
a mandamasa de burdel,
dueña de putal luego,
amante de abogado famoso
para terminar casándote
con otro somocista surgido también desde abajo.
Todo por saber acogerte al alero todopoderoso
del Ala Femenina Liberal.
Te creciste
aquél 29 de junio de 1948
cuando las damas de la oposición
salieron a protestar
porque Tacho había roto el pacto
con el Partido Conservador
y decidió reelegirse una vez más.
Señoras y señoritas
de las mejores familias
vestidas de luto
enterrando simbólicamente a la democracia.
Nicaragua no volvería ser república,
Tacho, el medio-pelo
el mengalo
el cafetalerito casado con la Debayle Sacasa
se entronizaría en el poder
y los patricios
los que gobernaron sabiamente
a tanto plebeyo,
los de los apellidos ilustres
no volverían
a las mieles del poder.
La Guardia Nacional
que tanto valor tuvo
para masacrar a los campesinos sandinistas
en Wiwilí
no podía culatear mujeres
en plena ciudad,
no podía
maltratar apellidos cafetaleros,
ganaderos
azucareros
-socios algunos del General-
entonces llegastes Vos con
tu legión
“gentuza, trabajadoras del mercado
y mujeres de mala reputación”
dijo el diario La Prensa
apalearon a las perfumadas
y disolvieron la manifestación.
El propio Tacho te recibió en triunfo
en Casa Presidencial.
A partir de eso
fuistes el alma y nervio
de los Frentes Populares Somocistas,
se abrían para vos
las oficinas públicas,
coroneles y ministros te respetaban,
los diputados invocaban tu nombre,
otorgabas cartas de recomendación
para colocar gente
en algún puestecito público.
Organizabas manifestaciones
apoyabas inauguraciones de obras,
ibas con compaña a velas y entierros.
Ponías gente en los cantones
en los días de elecciones
Eras la cara sucia
del Partido Liberal Nacionalista
la reina del lumpemsomocismo
la jefa de las turbas que llevaban tu nombre.
Después fue la destrucción de Radio Mundial,
abofetear a un diputado de la oposición
en pleno Congreso Nacional.
Reinaste
en tu Corte de Los Milagros
de barrenderos municipales
putas, sirvientas, mercaderas,
gente pobre de los barrios más pobres
de todo Nicaragua
durante los tres Somozas.
Eras alguien indispensable
-casi de la familia-
sólo que la familia gobernante
te atendía por la puerta trasera.
Ya vieja y achacosa
te encerró unos meses la Revolución
en la Cárcel Modelo de Tipitapa
-digna jaula
para tan digna paloma-
pero por vieja y achacosa
te abrieron las puertas
y volastes quién sabe a qué alero.
Hoy vienes al abeto
que está frente a mi apartamento
en San Salvador
para que me acuerde de vos
Nicolasa Sevilla
y cuente tu cuento.